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miércoles, 16 de abril de 2008

El poder que tú les des

Una "colega" mía me ha dejado un tristísimo mensaje en mi artículo anterior de "atrévete mujer". Si queréis mirarlo es un anónimo, publicado a fecha de hoy.

Querdia ex "colega": este artículo te lo dedico a ti y a través de ti a tantísima otra gente que sufre acoso laboral en el trabajo.

Primero que nada, gracias por escribirme y motivarme a que siga publicando, porque los días se nos pasan y nos dedicamos a lo urgente, siempre urgente... pero frecuentemente poco importante.

Hace años trabajé en una empresa donde SUFRÍ exactamente lo que tú estás pasando hoy. Un acoso laboral, el famoso "mobbing" como le llaman ahora, descarado e inmerecido (porque nadie se lo merece). Eran Navidades y llevaba meses aguantando el tirón. Me habían quitado a todo mi equipo y despacho. Solamente me habían dejado clientes porque éstos sólo querían trabajar conmigo (prueba de ello es que cuando me fui, no trabajaron más con esa compañía). Intentaba ser fuerte, pero no podía más. Lo peor es que ante un trato así por parte de los "jefes", el resto de los empleados se "alinean" y pasan de ser tus compañeros a unos perfectos idiotas que intentan no tener que hablar contigo, no vaya a ser que se contagien el "virus".

Un 20 de diciembre por la mañana no pude más y rompí a llorar. Tanto que decidí irme a un psicólogo en urgencias y me dijo algo que quiero trasladarte a ti: No puedes darle a nadie en esta tierra el poder de hacerte tanto daño. ¡Cuánta razón tenía! El poder se los había dado yo.

Por suerte me había cogido vacaciones y hasta el 8 de enero no tenía que volver a trabajar. Tuve mi tiempo para pensar en mi estrategia. El tiempo y el espacio son fantásticos para quitarte esa nube que tienes delante que no te deja pensar con cordura. Y entonces lo tuve claro: cualquier acción de mobbing o acoso laboral se ejerce cuando la empresa tiene algo que teme, algo que perder. Si no tuvieran nada que perder te despiden y punto. En las empresas grandes el despido o no despido no es una cuestión de presupuesto; es una cuestión de "temor, poder". En ese mismo instante me puse a pensar qué miedo tendrían, quién lo tendría y por qué. Y lo tuve clarísimo. El 8 de enero me presenté ante el "temeroso" y se lo planté en la cara: "o cambia la situación HOY o ésto te costará tu puesto". La historia cambió tan radicalmente que el día que me fui de esa empresa me llamó hasta el Director de RRHH internacionales para ver qué podían hacer porque me quedara.

Una cosa me quedó clara: el acosador siempre es temeroso y su estrategia es la agresión. El problema está en dejarse agredir. Hay que plantar cara, mirarle a los ojos y decirle claramente que sus temores serán fundados donde la situación no cambie.

No olvidemos que las "empresas" no acosan, las "empresas" no abusan... son las personas que las componen las que emprenden esas acciones. Ponle cara y ojos y verás cómo cambia la historia.
No le des el poder de hacerte daño a nadie: ni en lo profesional ni en lo personal.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, Mariana, por tu publicaciòn y por tu dedicatoria.

No soy lo que precisamente se puede definir como una persona frágil ni débil, ni fácil de acosar. Pero han conseguido minar mi moral hasta llevarme a tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida. He decidido denunciar, y lo he llevado a cabo. Cuento con poca gente, pero leal. Conoces personalmente al acosador principal del que soy víctima, aunque su acoso lo está llevando a cabo a través de su marioneta particular.
Cuando leí tu libro reconocí en los animales a personas concretas, no es difícil si se es observadora.
Tengo a mi propio coyote, y a mi propio mono, pero yo, no te quepa duda, soy otra tigresa más, como tú.
Me iré de este reino, pero me llevaré la cabeza alta, y dejaré una historia "poco gratificante" para algunos, que no van a poder pagar con dinero.

Seguiremos en contacto.

Gracias otra vez, te admiro desde que te conocí.

Una pista: una noche, en el Castillo de Viñuelas (Madrid), nos dimos la mano y te dije: "hay pocas mujeres con mando en esta compañía", y tú me contestate que tenía razón, y que habría que ir cambiando esa circunstancia.

Tu presentación del viaje de incentivos a Jamaica fué la mejor que se ha hecho en mucho tiempo, al igual que el cambio radical de imagen de la compañía con el giro hacia las naranjas. Te doy las gracias en nombre de toda la red agencial, como responsable de una pequeñísima parte de ella, de la que me siento profundamente orgullosa.

Besos desde la tierra de las manzanas.

Anónimo dijo...

Yo le puse cara y ojos al problema, hasta nombre y apellidos.
Estoy marchándome de ese maldito reino(yo tambien leí tu libro, en ese maldito reino lo leímos muchos)con mucha rabia porque al ser autónomo no puedo demandar al acosador.

Entiendo lo que se sinte el ser acosado, lo estoy siendo en este momento.

Hasta me mandaron un "machaca " para que me pegase.

¿Mariana? dijo...

Sólo deciros una cosa más: las empresas se componen de gente y dependen de su gente. Si nos encontramos con malos profesionales gestionando y dirigiendo, lo que tendremos serán malas empresas. Y eso, mis queridos lectores, tarde o temprano, se paga.
Pero vuestro objetivo no debería ser "permanecer en la empresa", vuestro objetivo es "ser felices" y para ello entre otras muchas cosas, se necesita dinero. La buena noticia es que en todas las empresas del mundo te pagan por trabajar y no necesariamente en todas te acosan. Hay empresas excelentes donde uno realmente puede ser feliz y también ganar dinero. Ánimo! Lo que hay que hacer es no darles el poder. Otro beso.

¿Mariana? dijo...

Hola acosado,

Supongo que chequearás si he decidido publicar tu comentario o no. La respuesta es no, simplemente porque mencionas a personas que creo no tienen nada que ver con este blog y por otro lado no das tu nombre, solamente un seudónimo. Ten en cuenta una cosa, que creo entenderás, este es un blog público, no un sitio de quejas de una empresa en particular. Mucho menos una empresa en la que yo trabajé y en la que hay mucha gente a la que aprecio mucho. Una empresa en la que si bien no compartíamos la misma visión con quien hoy la lidera, que esa persona y yo no tuviéramos las mismas opiniones no lo invalida ni como persona ni como profesional, aunque a mí su decisión no me favoreciera. Te diré más, es una persona a la cual aprecio por sus muchas virtudes.
Si tienes quejas como las de tu comentario anterior, te sugiero que las denuncies, pero claro, deberán ser fundadas y fundamentadas. No podrás denunciar a una empresa diciendo que te enviaron un "machaca" sin tener pruebas de ello. Pero si las tienes, te animo a que lo denuncies, porque el acoso es denunciable y está penado no solamente por la ley, sino también en la empresa en la que trabajas. Tomándote la molestia de denunciar le harás un gran favor a otra gente que como tú puede estar sufriendo en esa y en otras empresas. Con fundamentos y pruebas, que desconociendo la situación no sé si tienes o no.
Un beso y te deseo lo mejor.

Anónimo dijo...

Facilité esas pruebas y aún así me amenazan co esta frase: "me da igual, ya solicité tu cese a Central"


Pero da igual, ya caí en el olvido de todo el sistema profesional, sólo existo para mi círculo próximo y pienso seguir existiendo muchos años. Simplemente seguí un consejo y me dieron por donde se empiezan a hacer los cestos. Gracias a dios que cuando se me comunicó ya tenía de donde sacar los garbanzos de mi familia.


Muchas gracias de todos modos, de verdad.